viernes, 8 de abril de 2011

Esta mañana abrí los ojos, estaba en mi habitación, en mi cama, y un rayito de sol entraba por mi balcón. "Hoy ya es otro día." dije en voz alta, como jugando que había alguien a mi lado, alguien haciendome compañía, esperandome para que desayunáramos juntos. Pero no, como todas las mañanas me levantaría sola, me prepararía el desayuno yo misma y lo tomaría sola entre los fríos azulejos de la cocina y, por supuesto, podría gritar todo lo que quisiera, porque nadie estaría ahí para escucharme. Sí, la una presencia que había en esa casa aparte de mi era la soledad. Me levanté y fui al baño, me lavé la cara y con las gotas de agua aún deslizándose por mis mejillas,me miré en el espejo y grité "¡Eres patética!".

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